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Situado en la comarca del Alto Ampurdán, está formado por el territorio de 8 municipios: Llançà, Vilajuïga, Pau, Palau Sarvedera, Rosas, Cadaqués, Port de la Selva y Selva de Mar.
Fue creado el 1998 y es el primer parque marítimo terrestre de Cataluña. Tiene un total de 13.886 hectáreas, de las cuales 3.090 son marinas y 10.386 son terrestres.
En el Cabo de Creus hay catalogadas hasta un total de 800 plantas. Las especies botánicas más curiosas son la armeria Marina (armeria ruscinonensis), el espantazorras (Limonium tremolsii) y sobre todo, la Seseli Farreñi que es exclusiva del Cabo de Creus. Cerca del litoral crecen también otras especias como el perfumado romero o las populares flores de san Juan.
Los árboles más representativos de la zona son: el pino carrasco (Pinus halepensis), el alcornoque (Quercus suber), la encina, el roble pubescente (Quercus humilis) etc. Si bien, los arbustos son la vegetación con más predominio en todo el Cabo de Creus. Algunos de los ejemplares más notables son el lentisco (Pistacia lentiscus), (Calicotome Spinosa), el enebro (Juniperus oxycedrus) y un largo etcétera. Éste último, incluso se cree que ha dado origen al nombre del municipio que derivaría del topónimo Cadaquer o Cadaquers, que significa bosque de cádecs (enebro arbusto).
En el parque encontramos un gran número de animales terrestres y acuáticos como el águila perdicera (Hieraetus fasciatus) el águila marcena, el halcón peregrino (Falco peregrinus), diversas especies de gaviotas, el cuervo marino moñudo (Phalacrocorax aristotelis) el caracol Mastigophalus rangianus, especie endémica del Cabo de Creus, el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) en catalán xoriguer petit, además de coleópteros y reptiles de todo tipo. En el fondo marino destacan el coral rojo (Corallium rubrum), las gorgonas (Paramuricea sp.) y naturalmente peces como la escorpena (Scorpaena scrofa), el nero (Epinephelus guaza) y la oblada (Oblada melanura) entre otros.
Otro aspecto muy importante es la geología de este paisaje que se formó hace millones de años, fruto de las presiones y altas temperaturas que mezclaron minerales diversos.
Los agentes geológicos externos, el mar y la tramontana, trabajan continuamente la roca poniendo al descubierto formas caprichosas, vetas minerales y pliegues de piedra que no dejan de sorprender a los visitantes.
Los minerales más típicos de la zona son las pegmatitas, los esquistos, los gneis, las cuarcitas y las pizarras.
Aparte del rico patrimonio natural destaca también el patrimonio cultural que enaltece la belleza de estos paisajes y que encontramos diseminados por todo el territorio.
El monasterio de san Pedro de Rodas, auténtica joya del románico catalán, constituye un buen ejemplo, pero también las barracas de piedra seca, los muros de piedra seca, las ermitas, los cortijos, las minas, los antiguos caminos del ganado, los dólmenes y menhires.
Para aquellos que deseen disfrutar del parque natural existen una gran oferta de actividades lúdicas como por ejemplo: senderismo, kayak, submarinismo, bicicleta, paseos en caballo, pesca con caña, excepto en la reserva integral de la isla Encalladora, excursiones, salidas culturales y pedagógicas.
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